La comunidad del Cerro en Montería vive con el temor constante de que una tragedia ocurra en cualquier momento. Hace pocos días, una enorme roca se desprendió y rodó hasta el interior de una vivienda improvisada, deteniéndose en la sala donde jugaba una niña. Aunque el hecho no dejó víctimas, expone el grave riesgo al que están sometidas las familias del sector, especialmente ahora que las lluvias han intensificado la inestabilidad del terreno. A pesar de que en 2023 se levantó un acta de compromiso para atender la problemática, las medidas prometidas nunca se materializaron, dejando a la comunidad en total abandono.
El miedo y la indignación crecen entre los habitantes, quienes sienten que su vida vale menos por vivir en una zona vulnerable. Patricia, una de las afectadas, expresó su angustia: “Esa roca entró como si nada, y mi hija estaba jugando ahí mismo… Yo pensé que la perdía. Aquí puede pasar una tragedia y nadie hace nada. Estamos esperando que alguien muera para que por fin se aparezcan.” Su testimonio refleja el clamor de una comunidad que ha sido ignorada por años, mientras el peligro se agrava con cada temporada de lluvias.
Ante la creciente preocupación, las autoridades han sido llamadas a tomar medidas urgentes. Fuentes cercanas a la administración municipal aseguran que el alcalde está al tanto de la situación y ha dado instrucciones para evaluar el riesgo y coordinar acciones de mitigación. Sin embargo, los habitantes exigen que las soluciones no sean solo promesas, sino intervenciones concretas que garanticen su seguridad.
El Cerro no puede seguir siendo un punto ciego en la gestión del riesgo. La comunidad espera que esta vez las autoridades actúen antes de que ocurra una tragedia, y que la protección de quienes viven en zonas vulnerables sea una prioridad real, no solo un compromiso en papel.