Lo que debía ser una salida tranquila terminó en una pesadilla para Karen Tamayo, reconocida empresaria del sector de belleza, quien vivió en carne propia el peligro silencioso de la manipulación de bebidas. Lo más devastador no fue solo el acto, sino descubrir que la agresión vino de una conocida. “Nunca pensé que me pasaría a mí, y mucho menos que una mujer fuera capaz de hacerle esto a otra mujer”, confesó con dolor. Afortunadamente, logró detectar que algo estaba mal y sus amigos actuaron de inmediato.
Karen, con valentía, decidió alzar la voz para evitar que más mujeres sufran situaciones similares. “Uno sale a compartir y no sabe de quién se rodea”, expresó, advirtiendo que este riesgo acecha a cualquier persona, sin importar su edad o profesión. Su llamado es claro: nunca descuidar la bebida, ir siempre acompañadas y actuar rápido si algo se siente fuera de lugar.
Este preocupante episodio cobra aún más relevancia con la cercanía de las Fiestas de la Ganadería, donde la diversión y el consumo de alcohol suelen marcar la celebración. Karen insiste en que la alerta no debe ser ignorada: “Cuidémonos entre todas, no podemos normalizar el miedo”. Lo sucedido en Santa Marta es un recordatorio de que la precaución es clave, especialmente en grandes eventos donde el riesgo puede pasar desapercibido.
Desde sus redes, la joven emprendedora busca crear conciencia y fortalecer la protección entre mujeres. Su historia no solo es un testimonio de resiliencia, sino un grito de advertencia para que todas estén alerta en espacios de esparcimiento. Porque disfrutar la noche no debería convertirse en un juego de supervivencia.