Durante más de un año, la familia de Michael Boschetto vivió con un dolor indescriptible y una incógnita que parecía imposible de resolver. Sin embargo, un descubrimiento inesperado cambió el rumbo de la investigación: un video oculto en el celular de la víctima, que estuvo en manos del principal sospechoso, Giacomo Friso.
El crimen ocurrió en la madrugada del 27 de abril de 2024, cuando una confrontación entre vecinos terminó en tragedia. Friso, con antecedentes de comportamiento errático y una reciente salida de un centro de rehabilitación, apareció en la puerta de Boschetto golpeándola con violencia. Aunque la primera confrontación física pareció concluir ahí, el agresor regresó más tarde, esta vez armado. Boschetto, ajeno a la inminente amenaza, envió un mensaje a su novia confirmando planes de fin de semana, sin imaginar que sería su último acto consciente. Minutos después, fue atacado y recibió varias heridas fatales.
Lo más escalofriante es lo que sucedió después. Friso, lejos de huir, tomó el celular de su víctima y grabó un video ‘selfie’ en el que aparece sereno, casi satisfecho. Esa prueba, que estuvo oculta por meses y que la policía nunca logró recuperar, finalmente fue descubierta por el padre de Boschetto, quien en un acto desesperado logró desbloquear el dispositivo. La revelación ha indignado a la comunidad y se espera que el video juegue un papel fundamental en el juicio que se reanudará en septiembre, mientras la defensa del acusado intenta minimizar su impacto alegando problemas de salud mental.