El Plan Pistola, liderado por grupos ilegales, sigue dejando un rastro de dolor en Colombia, cobrando la vida de uniformados que luchan por la seguridad del país. Entre las víctimas se encuentra Anderson Steven Bohórquez Ospina, un joven soldado profesional de 20 años, asesinado en una emboscada de las Farc el pasado domingo en Guaviare. Su historia ha tocado el corazón de la nación.
Momentos antes de perder la vida, Anderson compartió mensajes llenos de esperanza con su padre, Jaime Ávila, en los que expresaba su alegría por el permiso que estaba a punto de disfrutar. “Nos vamos a ver ya, papi, vamos a salir ahora que llegue enseguida”, le dijo, sin imaginar que sería su última conversación. Estas palabras, cargadas de emoción, reflejan el vínculo profundo entre padre e hijo y el sueño de un reencuentro que nunca llegó.
La pérdida de Anderson no solo enluta a su familia, sino que también pone de manifiesto el sacrificio de los uniformados que enfrentan el peligro día a día.