Semanas después de la tragedia de Jet Set que enlutó al mundo, el dueño de la discoteca, Antonio Espaillat, reconoció que los plafones, o placas, del techo se desprendían regularmente.
En una entrevista con el programa El Día de Telesistema, reconoció que “desde que esto sucedió, no he tenido vida. Estoy completamente devastado» y señaló que las filtraciones de agua y problemas de los aires acondicionados eran unas de las razones por las que se presentaban estas fallas en el techo.
Además, admitió que, en los 30 años de operación de la discoteca, no se realizó una inspección exhaustiva de la estructura por parte de las autoridades. Sobre el techo, reveló que “siempre estábamos comprando plafones», y que estos eran instalados por trabajadores que no estaban especializados para esta labor.