Juan López, hoy Ingeniero Agrónomo, es el ejemplo vivo de cómo el esfuerzo y la esperanza pueden superar cualquier dificultad. Durante sus años en la universidad, enfrentó situaciones económicas tan complicadas que, en muchas ocasiones, su almuerzo consistía en mangos de puerco recogidos con la misma determinación con la que enfrentaba cada reto académico.
“Muchas veces no tenía los 1k para almorzar en la cafetería, pero comía mi manguito con felicidad”, recuerda Juan. Este gesto de ingenio y humildad marcó los días de su formación, pero nunca apagó su pasión por alcanzar sus metas.
Con esa misma alegría, logró lo que parecía imposible: obtener su diploma de Ingeniero Agrónomo, el cual para él significa mucho más que un título, es la evidencia de su capacidad para superar adversidades.