Carlos Morales, un hombre residente de la ciudad de Bogotá, vivió una pesadilla cuando fue detenido en la localidad de Suba durante un control que realizaba la policía en las calles de la ciudad, porque, al parecer tenía en su contra una supuesta orden de captura por el hurto de unos aretes de oro.
Tras ser trasladado a la estación de Policía, pasó dos meses allí antes de ser enviado a la cárcel La Picota por cinco días y finalmente a la Colonia Agrícola de Acacías, Meta, donde estuvo recluido tres meses por un delito que no cometió. La investigación reveló que Morales fue víctima de suplantación, ya que un delincuente con su mismo nombre había cometido el robo en Chapinero.
Las autoridades descubrieron el error mediante una identificación de huellas dactilares y diferencias físicas evidentes entre ambos, lo que permitió que Morales finalmente recuperara su libertad. Ahora, Morales planea demandar al Estado por los meses que estuvo injustamente encarcelado, buscando una indemnización por los daños sufridos.