Desde Buenaventura, Gustavo Petro lanzó el programa “pagar por no matar”, una propuesta que busca reducir la violencia en la región mediante incentivos económicos.
Esta iniciativa se complementó con mesas de diálogo y conciertos por la paz, con la esperanza de transformar la realidad de una zona golpeada por el conflicto.
Sin embargo, el impacto del programa ha generado críticas, incluso desde sectores opositores, como la senadora María Fernanda Cabal, quien señala que la violencia sigue descontrolada mientras el gobierno observa los resultados sin preocupación.
La inseguridad persiste, dejando dudas sobre la efectividad de las medidas implementadas y el nivel de compromiso con la paz.
El desafío ahora recae en demostrar si este enfoque innovador puede traer cambios reales a Buenaventura y otras regiones afectadas, o si será necesario replantear las estrategias frente a un problema tan complejo.