Hace cuatro años, Gustavo Petro aseguró que, si ganaba la presidencia, el ELN firmaría la paz en tres meses.
Hoy, con su mandato casi finalizando, esa afirmación lo persigue, pues el grupo armado no solo sigue activo, sino que ha crecido.
Durante su campaña presidencial, en una entrevista con la entonces directora de la revista Semana, Vicky Dávila, Petro fue claro: “A los tres meses de ser presidente, se acaba el ELN en Colombia”.
Este compromiso generó expectativas, especialmente en las regiones afectadas por la violencia del ELN. Petro, incluso, prometió que su gobierno sería el de la paz total, y que, si no lograba avanzar en ese objetivo, renunciaría.
Sin embargo, a lo largo de su mandato, la realidad ha sido diferente, ya que el ELN no solo persiste, sino que se ha expandido, alejándose de cualquier posibilidad de paz.
La situación se complica para Petro, pues cada acto terrorista del ELN refuerza la distancia entre sus promesas y los hechos, dejando al mandatario con una promesa incumplida que ya se percibe como un lastre en su gobierno.