A sus 75 años, Héctor Narváez ha decidido emprender una nueva aventura: estudiar veterinaria en Chile para poder ayudar a los animales.
Impulsado por su amor hacia los peluditos, Narváez ingresó a la universidad con el objetivo de brindarles toda la atención y cuidado que merecen.
«Los perros se me acercan y me siguen… es porque tengo el ADN de ellos», comentó Narváez, quien ha tenido una vida de superación. Durante años, trabajó como vendedor de pan en las calles y en otros oficios, siempre con la compañía de varios perritos que adoptó.
La inspiración para estudiar veterinaria vino de su fiel compañera, Dalila, una perrita que sufre de epilepsia. Esta situación lo motivó a aprender más sobre salud animal y a dedicarse a cuidar a los animales de manera profesional.