El presidente Donald Trump ha autorizado a las autoridades de inmigración a realizar redadas en escuelas, iglesias y hospitales. Esta decisión revoca una directiva anterior que prohibía las detenciones en áreas consideradas «sensibles».
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció el martes que se eliminará la política que impedía a los agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de la Patrulla Fronteriza (CBP) realizar arrestos en estos lugares.
La directiva, implementada por primera vez en 2011, protegía a los inmigrantes indocumentados de ser arrestados en escuelas, lugares de culto, hospitales, funerales, bodas y manifestaciones públicas.
En un comunicado, un portavoz del DHS afirmó que esta acción permitirá a las fuerzas del orden «usar el sentido común» al realizar arrestos. «Esta acción empodera a los valientes hombres y mujeres de CBP e ICE para hacer cumplir nuestras leyes de inmigración y capturar a criminales, incluidos asesinos y violadores, que han ingresado ilegalmente a nuestro país», dijo el portavoz.
La medida ha sido recibida con preocupación y críticas por parte de defensores de los derechos de los inmigrantes y organizaciones comunitarias. Olivia Golden, directora ejecutiva interina del Centro de Políticas y Leyes Sociales, advirtió que esta acción podría tener consecuencias devastadoras para las familias inmigrantes y sus hijos, incluidos los niños ciudadanos estadounidenses.
La decisión de Trump de autorizar redadas en estos lugares previamente protegidos subraya su compromiso de intensificar las medidas de control de la inmigración, una promesa clave de su administración. Sin embargo, también ha generado un clima de ansiedad y temor entre las comunidades de inmigrantes en todo el país.