En algunas partes del mundo, la Navidad, una festividad ampliamente celebrada, está prohibida por diversas razones culturales, religiosas o políticas.
Arabia Saudita es uno de esos países donde la celebración pública de la Navidad es ilegal debido a que las leyes islámicas predominan y no permiten festividades religiosas ajenas al Islam.
En Corea del Norte, la Navidad tampoco se celebra, ya que el régimen prohíbe cualquier manifestación religiosa, enfocándose en el culto al líder supremo.
Por otro lado, en Somalia, el gobierno decidió en 2015 prohibir la Navidad, argumentando que es una amenaza para las tradiciones islámicas locales.
En Tayikistán, las celebraciones navideñas han sido restringidas desde 2015, especialmente en escuelas y lugares públicos, como parte de una campaña para preservar las costumbres nacionales.
Asimismo, en Brunéi, a partir de 2015, las autoridades vetaron la Navidad para evitar influencias externas sobre las tradiciones islámicas del país.
En estos lugares, las celebraciones navideñas suelen realizarse de manera privada o clandestina para evitar represalias. A pesar de las prohibiciones, las personas que celebran la Navidad encuentran formas de mantener vivo el espíritu festivo.