Todo un regalo de Dios recibió un hombre cuando decidió ir a pescar en el Río Magdalena, en San Pablo Sur de Bolívar, pues no tenía los recursos para alimentar a su familia, y se llevó una gran sorpresa.
El hombre, quien trabaja como pescador, lanzó su atarraya al agua con fe y el resultado fue inimaginable: atrapó una gran cantidad de bocachicos.
Como muestra de su buen corazón, el hombre no se guardó ese regalo para él solo y decidió distribuir los pescados entre las familias de su barrio, lo que fue un alivio para aquellos que compartían los mismos problemas económicos.