Este pasado viernes entró en vigor en Japón una nueva ley de tráfico que impone penas de prisión y multas económicas para los ciclistas que utilicen el teléfono móvil mientras conducen o que manejen bajo los efectos del alcohol.
Las sanciones pueden ser tan severas como seis meses de prisión o una multa de 100,000 yenes (aproximadamente 656 dólares) por usar el celular mientras se conduce. En casos donde el uso del celular provoque un accidente, las penas se incrementan a hasta un año de prisión o una multa de 300,000 yenes (aproximadamente 1,970 dólares).
Además, la nueva legislación endurece las consecuencias para aquellos ciclistas que circulen ebrios.
Aquellos con un nivel de alcohol de 0.15 miligramos por litro de aire espirado se enfrentarán a penas de prisión de hasta tres años o multas de 500,000 yenes (aproximadamente 3,280 dólares).
Estas medidas buscan aumentar la seguridad vial y reducir los accidentes causados por conductas imprudentes en el creciente número de ciclistas en las ciudades japonesas.
Así las cosas, las autoridades esperan que con esta legislación se promueva un comportamiento más responsable entre los ciclistas y se garantice una convivencia más segura en las vías urbanas.