Nuevos detalles se conocen de la trágica muerte del comerciante monteriano Arnaldo Sánchez y de su hija Judith Sánchez, de Yosiris Martelos y la de un sujeto cuya identidad aún no ha sido revelada, asesinatos ocurridos en zona rural de Caucasia el día 14 de febrero del presente año.
Inicialmente se conoció que, Arnaldo Sánchez se desplazó con su hija y las demás personas en un vehículo de marca Chevrolet Spark al municipio de Caucasia a cerrar un negocio, sin que las autoridades revelaran más detalles sobre los móviles de los asesinatos.
Sin embargo, se conocieron escalofriantes revelaciones sobre lo sucedido, obtenidas de declaraciones de habitantes de la zona del corregimiento de Puerto Bélgica, zona rural del municipio de Caucasia quienes señalan “que dicen”, por el temor que se vive en la zona no se atreven a afirmar, a pesar de ser testigos directos y presenciales, “que pasado el mediodía en el corregimiento de Puerto Bélgica del día 14 de febrero, cuando hacía un día caluroso, los gritos rasgaron el silencio que desde hace meses se posó en el pueblo por cuenta del miedo.
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Dicen que a los dos hombres y a las dos mujeres los sacaron del lugar en el que almorzaban, que los llevaron a la cancha de fútbol y delante de la comunidad los torturaron, que a las dos jóvenes las violaron, que a los cuatro los mataron, lanzaron sus cuerpos al río Cauca y quemaron el carro en el que llegaron”.
Dicen que nadie quiere hablar de eso. Que nadie quiere recordarlo ni contarlo. Esa es la regla para proteger la vida en una región que vive en el más crudo fuego cruzado.
Otro detalle que, no se conocía y que contradice las versiones de los familiares de las víctimas en el sentido de que estos iban hacer un negocio comercial, es que estos irían en busca de una guaca o caleta de las Autodefensas Gaitanista de Colombia – AGC; practica recurrente en Córdoba por delincuentes que con historias falsas atraen a incautos motivados por la obtención del dinero fácil.
Los relatos fueron obtenidos por el periodista del diario El Espectador, Alfredo Molano Jimeno, quien manifiesta lo dantesco y cruel de los hechos criminales acaecidos en el corregimiento de Puerto Bélgica, manifiesta que por primera vez lloro ante sus entrevistados, puesto que estos hechos traen recuerdos de la época de la barbarie paramilitar acontecida en esta misma región, cuando los asesinos decapitaban a sus víctimas y jugaban fútbol con sus cabezas o cuando las víctimas eran castradas y sus familiares eran obligadas a preparar una sopa para hacérselas ingerir a la fuerza.
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Por su parte, las autoridades de policía guardan silencio sobre los hechos, como si en el sur de Córdoba y en el bajo cauca antioqueño no pasara nada, limitándose a manifestar que los hechos están siendo objeto de investigación.