La situación del exsenador cordobés Martín Morales no puede ser peor. La Corte Suprema de Justicia registró el proyecto de fallo en el proceso que le siguen a los excongresistas Luis Alfredo Ramos Botero y a él.
Por reserva legal no fueron revelados el sentido, ni los detalles de las ponencias presentada por el magistrado Eyder Castillo. Sin embargo, se conoció que la ponencia fue adversa al exalcalde de San Antero y será condenado a pagar 38 años de cárcel.
Como se recordará, Morales Dix fue capturado por supuestos nexos con paramilitares, tráfico de estupefacientes y el homicidio del exalcalde de San Antero Wílmer Pérez Padilla, quien fue condenado por parapolítica.
A Morales lo incriman las declaraciones de un grupo de paramilitares que nunca se acogieron al proceso de Justicia y Paz y entraron a engrosar las filas de la banda criminal que se conocía como los Urabeños, quienes lo vincularon con temas de narcotráfico, de sostener vínculos con los paramilitares y bandas criminales que le habrían ayudado en su ascenso al Senado y de estar implicado en el homicidio en 2009 de Wílmer Pérez Padilla, exalcalde de San Antero (Córdoba).
El dirigente político de la zona costanera de Córdoba fue capturado por solicitud de la Corte Suprema de Justicia, para adelantar una investigación en su contra por concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes y homicidio.
Las investigaciones daban cuenta que el entonces congresista tenía nexos con el bloque Córdoba, pero la más grave de todas era su vinculación con la muerte de Wílmer Pérez Padilla, exalcalde San Antero y quien fue asesinado en su casa el 30 de junio de 2009. Un dato dentro de esta historia que no se puede ignorar es que el senador Morales Diz fue el sucesor de Pérez Padilla en la Alcaldía, de la cual estuvo al frente entre 2004 y 2007.
La Fiscalía informó que el exalcalde Pérez Padilla en la época que fue asesinado tenía investigaciones por sus vínculos con paramilitares y por supuestas irregularidades administrativas en el manejo de las regalías del municipio. Es más, en 2006, después de haber sido alcalde entre 2001 y 2003, fue capturado por peculado por apropiación, contratación indebida y falsedad en documento público. Logró que le dieran prisión domiciliaria y en noviembre de ese mismo año atentaron contra su vida.
El exalcalde de San Antero se salvó, pero sus líos con la justicia se agudizaron en 2007, cuando estalló el escándalo del Pacto de Ralito, que dejó en evidencia las relaciones entre políticos y paramilitares. Pérez se entregó a las autoridades luego de que su nombre saliera a la luz pública y fue condenado a 56 meses de prisión por sus vínculos con las autodefensas. Sin embargo, en 2009 murió a manos del sicario Jasson Leudo Chavarra, alias Kevin.