Lo que comenzó como una deuda mínima terminó en una tragedia que enluta a una familia y sacude a Valledupar. En el barrio Mareigua, Jesús Fábregas Acosta, de 29 años, fue asesinado a tiros por un cobradiario que exigía el pago de una cuota diaria de $15.000. El conflicto se originó cuando el cobrador llegó a la vivienda buscando al deudor, hermano menor de la víctima, y al no encontrarlo, reaccionó con amenazas y violencia.
Horas después, Jesús y su hermano Juan Sebastián Muñoz Acosta decidieron enfrentar a los cobradores para exigir respeto, pero fueron recibidos con disparos. Jesús recibió un impacto en el abdomen que le causó la muerte, mientras que Juan Sebastián resultó herido en el brazo derecho. Según testigos, los agresores llegaron en motocicleta y dispararon sin mediar palabra, cumpliendo amenazas previas que habían lanzado contra la familia.
La madre de los jóvenes, Isabel Rivero, relató que su hijo asesinado no tenía relación con la deuda y que solo intentó defenderla de los insultos. “Él era inocente, no debía un peso. Solo pidió respeto”, dijo entre lágrimas. La mujer también denunció que los cobradores habían advertido que si no se pagaba, habría consecuencias fatales. “Plata o muerte”, fue la frase que, según ella, usaron antes del ataque.
Este crimen ha generado indignación en la comunidad, que exige justicia y mayor control sobre el accionar de los cobradiarios en la ciudad. Mientras las autoridades avanzan en la investigación y buscan a los responsables, Valledupar vuelve a enfrentar el drama de una violencia cotidiana que cobra vidas por deudas mínimas, dejando a su paso dolor, miedo y un grito colectivo de basta ya.