El presidente del Senado, Efraín Cepeda, sancionó tres leyes que habían sido objetadas por el presidente Gustavo Petro, entre ellas una que permite a los gobernadores utilizar los excedentes del FONPET. Aunque el Ejecutivo devolvió el proyecto alegando “inconstitucionalidad e inconveniencia”, lo hizo fuera del plazo que establece la Constitución. “Cuando se cumplen esos términos, es el presidente del Congreso el que debe sancionar la ley”, dijo Cepeda, respaldado en el artículo 167.
La movida sorprendió a más de uno, pues reaviva la tensión entre el Legislativo y el Gobierno. Petro tenía diez días hábiles para sancionar o devolver la ley, pero al no hacerlo en tiempo, la competencia pasó automáticamente a Cepeda, quien no dudó en ejercerla. En la carta enviada al Congreso el 24 de junio, Petro objetó el uso de recursos del FONPET por parte de gobernadores, pero esa advertencia llegó tarde.
Además de la norma sobre el FONPET, Cepeda firmó otras dos leyes: una que otorga mayor autonomía regional en el uso de recursos y otra que establece una política pública de apoyo a los micronegocios en barrios populares. La jugada deja en evidencia el pulso de poder entre el Congreso y la Presidencia, justo cuando Cepeda alista su salida de la mesa directiva y suena con fuerza como posible candidato presidencial.
Este episodio se suma a una larga serie de desencuentros entre Petro y Cepeda, pero esta vez el Congreso impuso el ritmo. Mientras el mandatario insiste en objeciones jurídicas y técnicas, el Senado avanza con sello propio. ¿Otro round ganado por el conservador que podría buscar la presidencia? El reloj legislativo no perdona, y esta vez, el tiempo jugó a favor de Cepeda.