En una operación marcada por la tensión y la incertidumbre, fueron liberados los 57 militares que permanecían secuestrados desde el pasado sábado en zona rural del municipio de El Tambo, Cauca. Los uniformados, entre ellos 53 soldados y 4 suboficiales, habían sido retenidos por la comunidad en el sector de Huisito, presuntamente instrumentalizada por la estructura criminal Carlos Patiño, disidencia de las FARC. La retención se prolongó por más de 50 horas en una zona de difícil acceso, históricamente dominada por grupos armados ilegales.
La liberación se produjo en el marco de la operación “Justicia”, liderada por tropas de la Tercera División del Ejército Nacional con apoyo de la Policía. El punto de entrega, pactado en el sector de Fondas, fue escenario de un intento de ataque que obligó a suspender momentáneamente el traslado de los militares hacia Popayán. Según reportes, las tropas debieron replegarse ante la amenaza, lo que evidenció el alto riesgo que rodeó la operación.
El Ministerio de Defensa confirmó que la presión sostenida de las tropas permitió la captura en flagrancia de más de 20 personas señaladas como presuntas responsables del secuestro. Las autoridades denunciaron que la comunidad fue utilizada como escudo humano por la estructura armada, lo que constituye una grave violación al Derecho Internacional Humanitario. El Gobierno Nacional mantiene recompensas de hasta 600 millones de pesos por los cabecillas del grupo disidente, conocidos con los alias de “Kevin” y “Yovany”.
Tras el rescate, los uniformados fueron trasladados a Popayán, donde recibieron atención médica y psicológica. El Ejército reiteró su compromiso con el control territorial en el Cañón del Micay, una región estratégica para el narcotráfico y la presencia de actores armados ilegales. La operación dejó al descubierto la complejidad del conflicto en el suroccidente colombiano y la necesidad urgente de proteger a las comunidades de la instrumentalización violenta por parte de grupos armados.