La comunidad educativa de San Antero, Córdoba, alzó su voz de protesta cerrando la sede Villero, ante el peligroso estado de la infraestructura. Techos desplomados, salones llenos de grietas, espacios improvisados y hasta pipetas de gas cerca de los niños han llevado a padres y estudiantes a tomar medidas extremas, exigiendo una intervención inmediata.
La preocupación es real: el colegio no solo está al borde del colapso, sino que pone en riesgo la vida de los estudiantes. Los manifestantes han dejado claro que no se quedarán de brazos cruzados mientras la educación en su municipio sigue en condiciones precarias. ¿Cuántos colegios más deben caerse antes de que las autoridades actúen?
El llamado es directo para el alcalde Dennys Chica Fuentes: ¡Escuche a su comunidad y tome cartas en el asunto! La educación de los niños no puede seguir siendo ignorada. San Antero exige un colegio digno, no promesas vacías.