Desde la madrugada del jueves 24 de julio, habitantes de los corregimientos San Anterito (Montería) y San Isidro (Tierralta) mantienen bloqueada la vía principal que conecta ambos municipios, en protesta por el abandono de las obras de infraestructura vial que debían mejorar el acceso a estas zonas rurales. Aunque reconocen las dificultades generadas por la temporada de lluvias, los manifestantes denuncian que el mal estado de la carretera ha provocado accidentes, afectaciones a estudiantes de instituciones educativas locales y el aislamiento de familias enteras.
La comunidad exige la reactivación inmediata de las obras de pavimentación y mantenimiento, que fueron prometidas. Según líderes locales, la maquinaria amarilla fue retirada sin explicación, dejando tramos intransitables y charcos que ponen en riesgo la vida de niños y adultos mayores. En el sector de San Anterito, también se reclama la culminación del sistema de acueducto, cuya entrega estaba proyectada para abril de 2025, pero fue aplazada cinco meses más por problemas logísticos y permisos pendientes.
La protesta se mantiene de forma pacífica, pero los líderes comunitarios advierten que no levantarán el bloqueo hasta que se firme un compromiso público con fechas claras de intervención. “No queremos más promesas, queremos soluciones”, expresó uno de los voceros. Las autoridades municipales y departamentales han iniciado mesas de diálogo, pero la tensión persiste en una región que exige dignidad, inversión y respeto por sus derechos básicos.