Alcalde Dennys Chica está “de psiquiatra”: ahora quiere tapar su ineficiencia echándole la culpa al gobernador Erasmo Zuleta

Por segunda vez, los padres de familia de la sede educativa de Villero salieron a protestar y a cerrar las instalaciones del colegio. La razón es tan clara como dolorosa: el abandono total por parte del alcalde Dennys Chica, quien ni siquiera ha tenido la dignidad de acercarse a escuchar a la comunidad. Y como siempre, los más perjudicados son los niños, quienes siguen perdiendo clases mientras los adultos se tiran la pelota.

Lo mínimo que espera la gente, señor alcalde, es que dé la cara. Que deje de esconderse. Que al menos diga una palabra. Porque lo que hoy vive Villero no es solo un problema de infraestructura, es una profunda falta de respeto con la educación y con las familias de San Antero.

Una mentira más, una promesa menos:

A través de su secretario de Educación, el alcalde anunció una supuesta visita a la escuela junto a funcionarios de la Gobernación de Córdoba. Sin embargo, este medio pudo constatar que esa historia es completamente falsa: ni el gobernador ha sido contactado, ni hay compromisos oficiales. ¿Entonces qué pretende Dennys Chica? Al parecer, traer algunos funcionarios para que se tomen la foto, se comprometan verbalmente y luego salir corriendo a culpar al gobernador de su propio abandono. Vaya estrategia.

Fotos viejas, cuentos nuevos:

Por si fuera poco, el alcalde anda desempolvando fotos antiguas con el gobernador para montar la farsa de reuniones y acuerdos que nunca existieron. Si esa no es una conducta deshonesta, al menos roza lo delirante. Como dicen en la calle: el alcalde está “de psiquiatra”.

Dennys Chica no solo evade su responsabilidad, ahora quiere construir una realidad paralela donde todos son culpables menos él. Pero en Villero ya nadie le cree. La gente está cansada de sus promesas, de sus ausencias, de sus excusas. Y como muestra, el video que acompaña esta nota: padres de familia con cadenas cerrando la escuela, pidiendo respeto, dignidad y presencia.

¿Hasta cuándo, alcalde? ¿Hasta cuándo va a seguir burlándose del pueblo que lo eligió?

La comunidad no está pidiendo milagros. Solo que cumpla. O que renuncie, si ya no puede con el cargo.