El exjefe paramilitar Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’, fue condenado a 20 años de cárcel tras admitir su responsabilidad en 141 crímenes cometidos entre 2000 y 2005. A pesar de la magnitud de sus delitos, que incluyen homicidio agravado, desaparición forzada y violencia de género, la pena impuesta parece insuficiente frente al sufrimiento causado a cientos de víctimas.
Las investigaciones de la Fiscalía evidenciaron que ‘Macaco’ ordenó y supervisó masacres en Antioquia, Bolívar, Caquetá, Cundinamarca, Nariño, Norte de Santander, Risaralda y Santander, afectando a al menos 237 personas. Entre sus crímenes se cuentan el asesinato de líderes comunitarios y periodistas, así como el desplazamiento forzado y la tortura de población civil. Aunque las AUC se desmovilizaron en 2006, él siguió delinquiendo desde prisión, lo que llevó a su extradición a EE.UU. en 2008.
Tras cumplir una condena por narcotráfico, ‘Macaco’ regresó a Colombia en 2019, pero fue nuevamente encarcelado por sus cuentas pendientes con la justicia. Recientemente, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) rechazó su solicitud de sometimiento, argumentando que no cumple los criterios para ser considerado como un tercero civil ni como parte de la fuerza pública.
A pesar del reconocimiento de su brutal historial criminal, la sentencia de 20 años deja un sabor amargo a las víctimas, quienes esperaban una condena acorde con la gravedad de los delitos cometidos. La impunidad parcial de uno de los hombres más temidos del conflicto armado colombiano reabre el debate sobre la justicia y reparación en el país.