La muerte del senador Miguel Uribe Turbay, ocurrida el 11 de agosto en la Fundación Santa Fe de Bogotá, sacudió al país y encendió las alarmas sobre la seguridad de los líderes políticos. Víctor Mosquera Marín, abogado de la familia Uribe Turbay, reaccionó con un mensaje contundente: “Miguel, tu partida no quedará impune. Este crimen atroz será esclarecido y los responsables enfrentarán todo el peso de la ley”.
Mosquera, quien representa a la familia en los procesos penales, denunció graves injerencias del Gobierno en la investigación del atentado ocurrido el 7 de junio en el barrio Modelia.
Según el jurista, se han divulgado hipótesis sin pruebas concluyentes, lo que entorpece el proceso judicial y estigmatiza a la oposición. Días antes del fallecimiento, el abogado había solicitado medidas cautelares ante la CIDH para proteger a los familiares del senador y a otros precandidatos presidenciales.
En su mensaje, Mosquera describió a Uribe como “una luz de inteligencia, disciplina, honestidad y fuerza” que trabajó incansablemente por transformar Colombia. “Qué tristeza tan infinita. Colombia está de luto”, escribió en su cuenta de X, junto a un llamado a la Fiscalía para que tipifique el crimen como terrorismo, dada la intención de sembrar miedo y silenciar voces críticas.
La familia del senador, sus seguidores y sectores políticos exigen que se esclarezca el magnicidio y se garantice justicia sin interferencias. Mientras el país despide a uno de sus líderes más visibles, el proceso judicial se convierte en una prueba de fuego para la institucionalidad democrática.