Rafael Orozco, el eterno ídolo: la voz que jamás se apaga en el corazón del vallenato

Hace 33 años, el vallenato perdió a uno de sus más grandes exponentes: Rafael Orozco Maestre, la voz inconfundible del Binomio de Oro, quien fue asesinado en Barranquilla el 11 de junio de 1992. Su partida dejó un vacío imposible de llenar, pero su legado sigue vivo en cada acorde, en cada canción que aún resuena en las parrandas y en el corazón de sus seguidores.

Orozco no solo llevó el vallenato a escenarios internacionales, sino que lo convirtió en un símbolo de identidad para Colombia. Con su estilo único y su voz melódica, conquistó Venezuela, Estados Unidos y más allá, consolidando al Binomio de Oro como una de las agrupaciones más influyentes del género. Su pasión por la música era tan grande como su amor por el fútbol, siendo un fiel seguidor del Junior y la Selección Colombia, a quienes incluso les dedicó canciones.

A pesar de su éxito, su vida fue truncada de manera violenta, dejando a su esposa Clara Elena Cabello y a sus tres hijas con un dolor imborrable. Su asesinato conmocionó al país y marcó un antes y un después en la historia del vallenato. Sin embargo, su música sigue siendo un refugio para quienes lo recuerdan con nostalgia, y su nombre continúa siendo sinónimo de grandeza.

Hoy, su legado sigue intacto. Cada 11 de junio, sus seguidores reviven sus canciones, su historia y su impacto en la música vallenata. Rafael Orozco no solo fue un cantante, fue un fenómeno cultural, un ícono que, aunque físicamente ausente, sigue presente en cada acorde de su inolvidable repertorio. ¿Cuál de sus éxitos sigue siendo tu favorito?