Primera vez que Gustavo Petro coindice con su papá Álvaro Uribe: las contralorías departamentales no sirven para un carajo  

Lo que está pasando en este país parece un capítulo de novela. Gustavo Petro, que siempre ha jurado ser la antítesis de Álvaro Uribe, terminó dándole la razón al expresidente para que le crean que las contralorías departamentales no sirven para un carajo.

En su más reciente discurso, Petro lanzó duras críticas contra estas entidades de control fiscal regional, diciendo que “no sirven para nada” y que se necesita una reforma urgente. Pero lo que más llamó la atención no fue la propuesta, sino el hecho de que el presidente citó al mismísimo Uribe para reforzar su punto.

Sí, señores, Petro apeló al discurso de su archirrival político, como buscando que, si no le creen a él, al menos le crean al cucucho y jefe del Centro Democrático. “Si hasta Uribe lo dice, será que es verdad”, parece haber sido la jugada.

El presidente aseguró que estas contralorías han perdido toda capacidad de vigilancia y se han vuelto cómplices silenciosas de la corrupción. Y como si fuera poco, puso el ojo sobre figuras como Ligia del Carmen Chávez, contralora del Valle del Cauca, que podría verse salpicada si la reforma arranca en serio.

Petro fue más allá y dijo que si los recursos públicos siguen en manos de quienes no los vigilan, el Estado no podrá garantizar los derechos fundamentales.

La reforma que propone sacudiría de raíz la forma en que se controlan los recursos en los departamentos, pero el sabor agridulce quedó: al final, Petro necesitó colgarse del discurso uribista para tratar de convencer al país de que esta vez sí tiene razón.

¡La doble vuelta de la política! Porque ahora resulta que Petro necesita montarse en la retórica uribista para intentar convencernos de que está diciendo la verdad. Y todo esto para empujar una reforma al control fiscal regional que lo único que ha hecho es dormir el sueño de los justos.