Mientras el país sigue en vilo por la reforma laboral, el presidente Gustavo Petro se mantiene firme en su intención de sacar adelante el decretazo que convoque a una consulta popular. Según el mandatario, el Congreso no perfeccionó la votación del concepto previo, lo que –a su juicio– le da vía libre para firmar el decreto con base en el artículo 33c de la Ley 1757. El documento ya está firmado por todos los ministros y solo falta que Petro le ponga el sello final.
El presidente había dejado entrever que congelaría la consulta si el Senado aprobaba la reforma laboral con los puntos que el Gobierno considera innegociables. Pero tras el cierre del Congreso el martes, Petro cambió el tono y, en un trino publicado a las 11:03 p. m., dejó claro que no esperará más. “Estoy facultado legalmente”, escribió, mientras se alistaba para viajar a Cali, donde podría oficializar el decretazo en medio de las marchas convocadas para respaldar su administración.
La jugada ha encendido las alarmas en sectores políticos que ven en esta movida un desafío directo al Legislativo. Aunque el ministro del Interior, Armando Benedetti, aseguró que el Gobierno está dispuesto a derogar el decreto si se aprueba la reforma laboral, lo cierto es que el ambiente en el Congreso está más tenso que nunca. La plenaria del Senado tiene hoy la última palabra, pero el reloj corre y la polarización crece.
Todo esto ocurre mientras el país aún digiere el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, lo que ha elevado la tensión institucional. Petro, por su parte, parece decidido a medir fuerzas en las urnas, posiblemente el próximo 7 de agosto, cuando arranca su último año de gobierno. La pregunta es si el pueblo lo respaldará… o si el decretazo terminará siendo un búmeran político.