El regreso del presidente Petro a Colombia, tras su visita a España, no fue nada tranquilo. Una alerta de seguridad encendió las alarmas en pleno vuelo y obligó a cambiar la ruta del avión presidencial, que finalmente no aterrizó en Bogotá como estaba previsto. Según fuentes cercanas a la Casa de Nariño, hubo una posible amenaza que ponía en riesgo el aterrizaje del mandatario en la capital.
Aunque la comitiva partió de Sevilla y tenía programada una escala en las Islas Canarias, el plan cambió cuando servicios de inteligencia detectaron un seguimiento sospechoso del avión. Para evitar riesgos, se decidió que el aterrizaje se hiciera en el aeropuerto de Pereira. Petro y su equipo pasaron la noche allí, y solo al día siguiente viajaron a Bogotá en aeronaves militares.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, confirmó que se tomaron medidas especiales para proteger al jefe de Estado. “El presidente siempre será un objetivo de amenazas, por eso se refuerza la seguridad cada vez que se mueve dentro o fuera del país”, explicó. Las investigaciones continúan para determinar el origen de la amenaza y evitar que este tipo de situaciones vuelvan a repetirse.