Ana Mercedes Pérez, docente de Paipa, Boyacá, está viviendo una pesadilla financiera que comenzó en 2008 debido a un gesto de apoyo hacia un colega. Héyder Carlosama, también docente, le pidió a Ana que fuera su codeudora para obtener una beca de doctorado en Estados Unidos.
Sin embargo, lo que inició como un acto de solidaridad, se transformó en un calvario cuando él abandonó el programa y desapareció, dejando la deuda a su nombre. En ese entonces, el monto ascendía a 320 millones de pesos, pero hoy supera los 1.200 millones.
Esta situación ha tenido un impacto devastador en la vida de Ana, quien recientemente perdió un lote embargado, donde soñaba construir su hogar. Lo que alguna vez fue un proyecto lleno de ilusión, se ha visto frustrado por una deuda que no le corresponde y que ha crecido con los años. A pesar de su compromiso con la educación y su buen corazón, su futuro está marcado por esta carga económica.
La historia de Ana ha generado indignación y empatía en redes sociales, donde muchos cuestionan la falta de garantías para proteger a quienes ofrecen su confianza.