La ciudad de Cúcuta está conmocionada tras el asesinato de Juan Diego Celis Yánez, un joven de 22 años que soñaba con abrirse camino en el boxeo colombiano. El crimen ocurrió en el barrio Ospina Pérez, a pocos metros de su casa, cuando fue sorprendido por dos hombres en moto. Según los primeros reportes, el parrillero disparó contra él sin mediar palabra y, aunque intentó correr para salvarse, terminó alcanzado por las balas.
El ataque, que según testigos incluyó varios disparos en el abdomen y un último tiro en el rostro, dejó sin vida al joven deportista en plena vía pública. Los vecinos intentaron auxiliarlo, pero ya no tenía signos vitales. Tras el hecho, los responsables huyeron del lugar, mientras las autoridades iniciaron las investigaciones para esclarecer lo sucedido. Entre las hipótesis, la Policía no descarta que detrás del crimen estén las llamadas “fronteras invisibles” que operan en algunos sectores de la ciudad, ni que el hurto de su celular esté relacionado con el caso.
Más allá de la violencia, lo que ha dolido en la comunidad es la pérdida de un muchacho disciplinado y apasionado por el deporte. En redes sociales aún circula un video en el que Juan Diego mostraba su rutina de entrenamiento y escribía: “No soy perfecto, pero cada día me esfuerzo por ser mejor”. Ese mensaje, que hoy resuena con fuerza, refleja el espíritu de un joven que buscaba un futuro distinto y que terminó siendo víctima de la inseguridad que golpea a la región.