El 25 de marzo de 2025, Greiber Berrío vivió una pesadilla que jamás imaginó. Salía de la iglesia y caminaba por un potrero en la localidad de Bosa, en Bogotá, cuando fue atacado brutalmente por un grupo de perros. El joven, que perdió ambos brazos y sus orejas por las mordidas, relató entre lágrimas cómo pasó de un momento de tranquilidad a luchar por su vida. “Intenté cubrirme con mi bolso, pero los perros me rodearon, me halaron y me tumbaron. Ahí empezó todo”, contó.
Con voz temblorosa, Greiber describió el ataque como una escena sacada de un documental salvaje. “Me mordían por todos lados, sentía que me arrancaban en pedazos. Solo pensaba en que no quería morir así”, dijo. A pesar del dolor, trató de proteger su rostro con lo poco que pudo. Fue entonces cuando una patrulla de Policía llegó y lo rescató. “Uno de los policías me gritó que no me iba a dejar solo. Ahí supe que no iba a morir ese día”, relató el joven, que hoy agradece estar vivo.