El Ministerio de Igualdad vuelve a estar en el ojo del huracán, esta vez por la salida de la viceministra de la Mujer, Támara Ospina, quien renunció en medio de un escándalo por más de 30 denuncias de acoso laboral, racismo y maltrato. Varias de estas quejas salieron a la luz durante protestas de trabajadores que, con pancartas en mano, expusieron públicamente el ambiente hostil que, según ellos, vivían dentro de la entidad.
Aunque Ospina asegura que todo se trata de una persecución en su contra y ha pedido respeto por el debido proceso, lo cierto es que los señalamientos no pasaron desapercibidos. Las denuncias fueron puestas en conocimiento del Comité de Convivencia Laboral y de la Procuraduría, lo que llevó al propio ministro de Igualdad a pedir su renuncia a principios de junio. Ante la presión, el presidente Gustavo Petro aceptó su salida.
Ahora, el cargo lo asumirá de forma provisional Olga Lucía Fuentes, quien ya venía trabajando en programas de protección a víctimas de violencia de género. La expectativa es alta, ya que muchos esperan un cambio real en el ambiente laboral del viceministerio y una gestión más transparente y cercana a los derechos de las mujeres.