En apenas tres días, la vida de Axel David Vides Iguarán, un niño de cinco años lleno de alegría, se apagó. El pasado 17 de julio, Axel fue llevado a una cita médica para recibir las vacunas correspondientes a su edad, en esa sesión, le aplicaron cinco dosis distintas, lo que generó inquietud en su madre, Darlyn Iguarán. Aunque la profesional de salud le aseguró que era un procedimiento normal, horas después el niño comenzó a presentar fiebre, escalofríos y una hinchazón preocupante en uno de sus brazos.
La madrugada del 20 de julio, Axel comenzó a ahogarse. Su madre, al notar que su piel había cambiado de color, lo llevó de urgencia a la clínica más cercana tras encontrar una ambulancia en la esquina del barrio. Allí, su peor temor se confirmó: los médicos declararon la muerte del menor por lo que denominaron “muerte súbita del infante”. “Mi hijo estaba sano, me lo entregaron muerto”, dijo la madre, completamente devastada.
El caso fue reportado a la Secretaría de Salud de Soledad, donde el secretario Edison Barrera confirmó que se están revisando el historial médico del niño y el esquema exacto de vacunación recibido. Además, se inició un recorrido por las IPS involucradas para recolectar información y establecer si hubo fallas en el procedimiento, el secretario Barrera se comprometió a emitir un informe técnico una vez se obtengan resultados concluyentes, el cual será divulgado ante la opinión pública.
Vecinos y familiares recuerdan a Axel como un niño juguetón, cariñoso y lleno de energía. Hoy, su historia moviliza a la comunidad y abre interrogantes sobre los protocolos de inmunización infantil, la preparación institucional para estos procedimientos y el derecho de las familias a recibir información clara, oportuna y responsable.