Negligencia médica; menor perdió su pierna al esperar más de 19 horas para ser atendido

La indignación crece en el Magdalena tras conocerse el caso de Adriam Alejandro Venes Fuentes, un niño de 13 años que perdió su pierna izquierda no por el accidente de tránsito que sufrió, sino por la presunta negligencia médica en la Fundación Policlínica de Ciénaga. El menor fue atropellado por una tractomula el pasado 17 de julio en la vía Ciénaga–Fundación y trasladado de urgencia a dicho centro asistencial. Sin embargo, según denuncia su familia, permaneció allí por más de 18 horas sin recibir exámenes diagnósticos ni remisión especializada.

Lo más alarmante es que en la historia clínica se consignó como motivo de consulta la frase “Se lo llevó una mula y le dolió la pierna”, lo que ha sido calificado como burlesco y carente de profesionalismo. La madre del menor se negó a una amputación inmediata sugerida por un médico que alegó tener “ojo clínico”, sin realizar radiografías ni estudios previos. Ante la negativa de remitirlo, la familia costeó una ambulancia privada para trasladarlo a la Clínica La Bahía en Santa Marta, donde los especialistas confirmaron que la amputación era inevitable, no por el trauma inicial, sino por el daño causado por la demora en el tratamiento.

Durante la cirugía, los médicos encontraron restos de tela y una cortina dentro de la herida, lo que evidencia un manejo inadecuado y potencialmente insalubre. Actualmente, Adriam se encuentra internado en una clínica de Barranquilla, enfrentando riesgo de infección. La familia responsabiliza directamente a la Policlínica de Ciénaga y exige una investigación urgente por la presunta vulneración de derechos de un menor de edad, mientras teme represalias por haber denunciado públicamente el caso.

Este hecho revive el debate sobre la precariedad del sistema de salud en regiones vulnerables y la falta de protocolos en atención de urgencias pediátricas. La historia de Adriam no solo es una tragedia personal, sino un llamado urgente a revisar la responsabilidad institucional y garantizar que ningún niño vuelva a perder una parte de sí por el abandono médico.