Después de semanas de angustia, el pequeño Lyan José Hortúa finalmente regresó a casa, poniendo fin a una pesadilla que mantuvo en vilo a su familia y a todo el país.
Su madre, Angie Bonilla, expresó entre lágrimas el alivio y la felicidad de volver a abrazarlo: “Mi hijo volvió a nacer y yo volví a nacer con él”.
Lyan, aunque nervioso y afectado por lo vivido, ya está junto a sus seres queridos, quienes ahora se enfocan en su recuperación emocional. “Es tiempo de sanar y abrazarlo con amor”, dijo su madre, agradeciendo el apoyo de quienes nunca dejaron de pedir por su libertad.