En una operación de inteligencia liderada por la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional, fueron incautadas 4,1 toneladas de clorhidrato de cocaína en el puerto de Santa Marta, camufladas entre sacos de harina y listas para ser enviadas a Amberes, Bélgica. La detección fue posible gracias al trabajo de un binomio canino que alertó sobre la contaminación del cargamento, lo que permitió confirmar la presencia de droga tras análisis en el laboratorio de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol. El cargamento, avaluado en más de 111 millones de euros, habría producido cerca de 10 millones de dosis en el mercado europeo.
El puerto de Amberes se ha consolidado como la principal puerta de entrada de cocaína a Europa, con más de 116 toneladas incautadas en 2023. La droga proveniente de Colombia, Ecuador y Panamá llega camuflada en frutas, harina o incluso ropa impregnada con cocaína líquida. Las autoridades belgas han reforzado sus controles, pero admiten que solo logran interceptar entre el 10% y el 40% de lo que realmente circula. La operación en Santa Marta se enmarca en una ofensiva nacional que, en lo corrido de 2025, ha permitido la incautación de 264 toneladas de cocaína.
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, calificó el operativo como una “fractura importante para las finanzas del crimen organizado transnacional”. Destacó que se pusieron en marcha todas las capacidades de la Fuerza Pública para neutralizar el “cáncer del narcotráfico”, y que se continúa investigando si existen redes logísticas vinculadas al puerto de Santa Marta. La incautación no solo representa un golpe económico, sino también una alerta sobre la sofisticación de las rutas y métodos utilizados por los carteles para infiltrar cargamentos en Europa, donde el consumo y la violencia asociada al narcotráfico siguen en aumento