La inseguridad golpeó de nuevo a Fusagasugá, Cundinamarca, con el asesinato del fiscal especializado Karin Sefair Calderón, un funcionario con amplia trayectoria en el ente acusador. El crimen ocurrió alrededor de la 1:00 p. m. en el centro comercial Las Palmas, cuando Calderón retiraba 120 millones de pesos de un cajero electrónico. En ese momento, dos hombres en motocicleta lo abordaron y, sin mediar palabra, le dispararon en dos ocasiones antes de huir con el dinero.
El fiscal, gravemente herido, fue trasladado de inmediato al Hospital San Rafael, donde los médicos hicieron todo lo posible por salvarle la vida. Sin embargo, la gravedad de las heridas fue irreversible. La noticia ha causado conmoción en la comunidad y en el gremio judicial, que lamenta la pérdida de un profesional comprometido con la justicia.
Las autoridades han desplegado un operativo para dar con los responsables del crimen. La Alcaldía de Fusagasugá convocó un consejo de seguridad urgente para analizar la creciente ola de violencia en la ciudad y tomar medidas ante este hecho que ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de los ciudadanos frente a los delincuentes.
Mientras la investigación avanza, el país entero se pregunta: ¿hasta cuándo la inseguridad seguirá cobrando vidas? La muerte de Karin Sefair Calderón no solo deja un vacío en la Fiscalía, sino que también reaviva el debate sobre la necesidad de reforzar la seguridad en las calles y centros comerciales, donde los fleteos se han convertido en una amenaza constante.