El Gobierno nacional se prepara para jugarse su última carta en el Congreso: la reforma a la salud. Tras lograr la aprobación de la reforma pensional y el intento de avanzar con la laboral aunque esta última se cayó en su momento, ahora la apuesta del presidente Petro es cerrar su tridente de reformas antes de que empiece la carrera electoral. Pero el tiempo no juega a su favor: esta es la legislatura más corta y tradicionalmente la menos productiva.
Con la presión de las calles como estrategia ya probada, la Casa de Nariño busca movilizar nuevamente a su base ciudadana para empujar la discusión y lograr el respaldo necesario. Sin embargo, las tensiones dentro del Congreso, especialmente por el control de las mesas directivas, podrían convertirse en un nuevo obstáculo para avanzar en el trámite.
La reforma a la salud, considerada por el Gobierno como la más transformadora de todas, enfrenta no solo el reto del debate legislativo, sino también la desconfianza de sectores políticos que piden garantías, claridad en los cambios propuestos y mayor consenso. Aún así, el Ejecutivo no baja la guardia y se alista para dar una última batalla política con el reloj en contra.