Una barranquillera de 28 años, identificada como Karen Martínez Ballesteros, fue encontrada sin vida en un campo rural del estado de Texas, Estados Unidos, con múltiples heridas de arma de fuego. La joven había sido reportada como desaparecida un día antes del hallazgo, y su cuerpo fue encontrado con la misma ropa que usaba cuando fue vista por última vez ingresando a la camioneta de su expareja, un joven de 20 años llamado Matison Johnathan Preville Jr.
Las autoridades estadounidenses lo detuvieron como principal sospechoso del homicidio. Aunque él intentó negar haber estado con la víctima días antes del crimen, registros de geolocalización y cámaras de seguridad lo contradijeron. En el vehículo y en el campo donde fue hallado el cuerpo, se recolectaron pruebas clave, incluyendo un cartucho de escopeta.
El caso ha generado conmoción al conocerse que Martínez Ballesteros podría estar embarazada. En una ampliación del interrogatorio, el detenido habría manifestado que no deseaba que la joven viviera con él porque “no quería niños corriendo por la casa”. Esta declaración, inicialmente considerada irrelevante, ahora se perfila como una posible motivación detrás del crimen.
Mientras Preville enfrenta cargos por homicidio y permanece en una cárcel del condado de Wichita, el caso ha sacudido a la comunidad latina en Texas y al Caribe colombiano. Familiares y allegados piden justicia por Karen, una joven que había migrado en busca de mejores oportunidades y terminó convirtiéndose en víctima de una relación marcada por la violencia.