En Bucaramanga, un juez desató polémica nacional al fallar una tutela interpuesta por un ciudadano que exigía que su EPS le suministrara dos muñecas inflables para tratar su supuesta baja autoestima. El fallo, calificado por expertos en salud como “insólito” y “abusivo”, obliga a la entidad a entregarlas como parte del tratamiento del hombre, generando indignación en medio de una crisis sanitaria sin precedentes.
El directivo de la Clínica de San Luis, Sergio Prada, alzó la voz y tildó el fallo como una afrenta a los verdaderos derechos fundamentales. “No entendemos cómo se garantiza esto mientras miles de pacientes esperan medicamentos, citas médicas o atención urgente”, declaró con indignación en entrevista. Prada advirtió que este tipo de decisiones solo debilitan aún más un sistema que ya arrastra millonarias pérdidas y servicios al borde del colapso.
El fallo judicial ha puesto en aprietos a la EPS implicada, cuyo presidente elevó el caso a conocimiento público como una muestra de que los recursos del sistema podrían estar siendo mal utilizados. “Estamos obligados a cumplir, aunque esto afecte directamente la prestación de servicios esenciales y las finanzas de las IPS”, sentenció. La situación ha abierto un debate ético y legal en torno al verdadero alcance de las tutelas.
Mientras tanto, la indignación crece entre los profesionales de la salud, quienes cuestionan cómo en un país donde hay pacientes esperando cirugías vitales, el sistema se ve obligado a responder a solicitudes que rayan en lo absurdo. “Las clínicas deben seguir funcionando, pagando nómina y salvando vidas, mientras otros se burlan del sistema”, concluyó Prada.