El asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay ha conmocionado al país. Desde el pasado lunes 11 de agosto, cientos de ciudadanos, familiares, amigos y líderes políticos se unieron en Bogotá para despedirlo en un emotivo recorrido desde el Congreso de la República hasta la Catedral Primada. Las calles cercanas a la Plaza de Bolívar se llenaron de flores, pancartas y mensajes de justicia, en un homenaje que reflejó el impacto que dejó su partida.
En medio de las exequias, el abogado Abelardo De La Espriella habló con firmeza sobre el crimen, al que calificó como un “crimen de Estado” y señaló al “régimen con sus cómplices” como responsables. “Su sacrificio no puede quedar en vano, hay que castigar a los autores intelectuales y salvar este país”, dijo, transmitiendo el sentimiento de indignación que ha unido a sectores políticos de todas las corrientes.
La ceremonia en la Catedral fue solemne y cargada de simbolismo. El féretro, cubierto con la bandera de Colombia, fue recibido con aplausos y lágrimas. Entre oraciones y música sacra, figuras de la vida pública y representantes diplomáticos destacaron su compromiso con el país y su cercanía con la gente, mientras su esposa, María Claudia Tarazona, y sus hijos recibían el respaldo y cariño de todos los asistentes.