El expresidente Álvaro Uribe Vélez volvió a estar en el centro de la atención política y mediática tras recibir la boleta de libertad emitida por el Tribunal Superior de Bogotá. La decisión se tomó luego de fallar una tutela a su favor, al considerar que se vulneraron sus derechos cuando una jueza ordenó su detención domiciliaria tras condenarlo en primera instancia a 12 años de cárcel por fraude procesal y soborno en actuación penal.
Apenas se conoció la noticia, Uribe convocó a sus seguidores a salir a las calles de Sabaneta y anunció que participaría en una misa, asegurando que dedicará cada minuto de su libertad a “luchar por la libertad de Colombia”. La determinación del Tribunal se fundamentó en que la orden de captura inmediata contra el exmandatario carecía de criterios claros de necesidad, proporcionalidad y razonabilidad, al basarse en argumentos considerados vagos e imprecisos.
Según la ponencia del magistrado Leonel Rogeles, no existían pruebas suficientes que justificaran restringir de inmediato la libertad de Uribe, dado que este ha comparecido a todas las diligencias judiciales desde 2017 y no se hallaron indicios de evasión de la justicia. Durante los 19 días que estuvo en detención domiciliaria en su finca El Capricho, en Rionegro (Antioquia), Uribe se mantuvo activo en redes sociales y en los espacios virtuales del Centro Democrático.