Dormir bien se ha convertido en un lujo para muchas personas. El estrés, el exceso de dispositivos digitales, las preocupaciones laborales y los malos hábitos han convertido el insomnio y el descanso fragmentado en parte habitual de la vida moderna. Frente a este panorama, distintas estrategias han surgido para combatir las noches en vela. Una de ellas, aunque rodeada de tabúes y silencios, es la masturbación.
Eduardo Ramírez, médico sexólogo y neurocientífico con más de veinte años de experiencia en salud sexual y sueño, asegura que “la masturbación puede ser una herramienta natural y eficaz para conciliar el sueño, especialmente en adultos que no sufren trastornos clínicos graves”.
Durante este acto “el cuerpo atraviesa una serie de procesos fisiológicos que tienen un impacto directo en el sistema nervioso. Cuando una persona llega al orgasmo ya sea mediante la masturbación o el sexo con pareja, se produce una descarga neuroquímica que favorece el sueño. Se liberan endorfinas, oxitocina y prolactina, todas hormonas relacionadas con la relajación y el bienestar”.
Además, la masturbación tiene un efecto regulador sobre el cortisol, la hormona del estrés. “El acto sexual en solitario puede ayudar a reducir el nivel de cortisol, lo que facilita que el cuerpo entre en un estado de calma. Y cuando estás menos estresado, es mucho más fácil dormir”.
Más allá de las observaciones clínicas, la ciencia también ha comenzado a mirar con más atención esta conexión. Un estudio publicado en 2019 en la revista Frontiers in Public Health fue uno de los primeros en analizar este tema de forma controlada. El estudio, liderado por el investigador Michael Reece, del Center for Sexual Health Promotion de la Universidad de Indiana, buscó explorar la relación entre la masturbación antes de dormir y la calidad del sueño en hombres y mujeres adultos.
En esta investigación, 96 participantes se sometieron a un seguimiento diario durante 30 días. A cada uno se le pidió que registrara si se había masturbado antes de dormir, si había alcanzado el orgasmo y cómo calificaban la calidad de su sueño esa noche. Los resultados mostraron que el 85 % de quienes se masturbaron reportaron quedarse dormidos más rápido y tener un sueño más profundo.