Un caso que ha estremecido a Medellín y al país entero fue confirmado por el alcalde Federico Gutiérrez: la bebé de dos años que falleció no murió por un accidente, como dijo su padrastro, sino que fue víctima de maltrato, abuso y homicidio. Según la versión inicial del hombre, la niña se había caído de la cama, pero los médicos encontraron múltiples golpes en su cuerpo y señales de violencia que desmintieron por completo ese relato.
El cuerpo de la menor tenía moretones en varias partes y fue trasladada por su padrastro a un centro médico donde, pese a los esfuerzos del personal, falleció. Las inconsistencias en la versión del sujeto encendieron las alarmas de las autoridades, que al revisar los exámenes médicos forenses confirmaron no solo los golpes, sino también un claro indicio de abuso sexual. “No fue un accidente, fue un crimen atroz contra una bebé”, aseguró el alcalde con profunda indignación.