La reciente condena contra el expresidente Álvaro Uribe ha sacudido el escenario político colombiano y no pasó desapercibida en Washington. Según fuentes diplomáticas, funcionarios de Estados Unidos han mostrado interés en que se revise el proceso, generando todo tipo de reacciones tanto dentro como fuera del país.
La movida no cayó nada bien en la Casa de Nariño, donde el presidente Petro se mostró molesto por lo que considera una injerencia en asuntos internos. Y como si fuera poco, la tensión creció aún más cuando Petro apuntó directamente al senador estadounidense Marco Rubio, a quien acusa de estar detrás de un supuesto plan para desestabilizar su gobierno.
Las palabras del mandatario dejaron claro que la relación con ciertos sectores de la política estadounidense no está en su mejor momento. “Están metiendo la mano donde no les toca”, habría dicho en uno de sus discursos recientes.