En un vuelo procedente de Alexandria, Luisiana, 118 ciudadanos colombianos fueron deportados por el gobierno de Estados Unidos y recibidos en Bogotá bajo un nuevo protocolo migratorio que prioriza el respeto a los derechos humanos. El grupo, conformado por 90 hombres y 28 mujeres sin antecedentes judiciales en Colombia, llegó en condiciones humanitarias tras meses de tensión diplomática entre ambos países.
El presidente Gustavo Petro acudió personalmente al Aeropuerto El Dorado para darles la bienvenida, publicando en su cuenta de X: “Bienvenidos a su patria en libertad y dignidad”. Este gesto marca un giro en la política migratoria bilateral, luego de que en enero de 2025 Colombia rechazara vuelos con deportados encadenados, lo que provocó represalias comerciales por parte del entonces presidente Donald Trump, incluyendo aranceles del 25 % a productos colombianos.
Como parte del acuerdo renovado, cada repatriado recibirá un estipendio de 1.000 dólares por parte del gobierno estadounidense para facilitar su reintegración social y económica. El vuelo, financiado en su totalidad por EE. UU., se realizó en un avión comercial, sin presencia militar, y bajo estrictas garantías humanitarias, lo que representa un avance hacia una cooperación migratoria más equilibrada.