En una decisión sin precedentes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que autoriza al Pentágono a usar fuerza militar directa contra organizaciones que su gobierno ha designado como terroristas extranjeras.
Entre ellas figuran el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las FARC ,incluidas la Segunda Marquetalia y el Estado Mayor Central y el Clan del Golfo, todos con presencia activa en Colombia. La medida busca frenar el flujo de drogas ilícitas hacia EE. UU., especialmente el fentanilo, y marca un giro radical en la estrategia antidrogas estadounidense.
La orden permite operativos militares en territorio extranjero sin necesidad de aprobación del Congreso, lo que abre la puerta a intervenciones unilaterales en zonas rurales de Colombia donde operan estos grupos armados. Según medios estadounidenses, el Pentágono ya diseña estrategias para actuar por mar y tierra, lo que podría incluir ataques selectivos a campamentos, laboratorios y rutas de narcotráfico.
Expertos advierten que esta ofensiva podría generar vacíos de poder, intensificar los combates y provocar desplazamientos masivos en regiones vulnerables. Para el gobierno colombiano, que ha impulsado la política de “paz total”, la decisión representa un desafío diplomático y operativo. Un ataque militar extranjero en suelo colombiano podría tensar las relaciones bilaterales, afectar las mesas de diálogo con el ELN y alterar el equilibrio territorial en zonas donde apenas se intentaban acercamientos.
Además, la medida pone en entredicho la soberanía nacional y la capacidad del Estado colombiano para enfrentar el conflicto armado interno sin intervención externa. La Casa Blanca sostiene que la prioridad es “proteger la patria”, mientras que analistas legales cuestionan la legitimidad de estas acciones sin aval internacional.
En Colombia, el debate apenas comienza: ¿cooperar con Washington o rechazar una estrategia que podría escalar la violencia? Lo cierto es que el país vuelve a estar en el centro de una ofensiva global contra el narcotráfico, esta vez con implicaciones militares directas.