El pasado viernes 4 de abril, Carolina Desiree Pérez Flores celebró su cumpleaños número 33 con un único deseo: asistir al concierto de su artista favorito, Rubby Pérez.
Este regalo representaba para ella un momento de alegría y esperanza, tras haber enfrentado una dura pérdida cinco meses atrás, cuando un accidente de tránsito en la autopista 6 de Noviembre cobró la vida de su esposo.
Carolina, quien había sobrevivido milagrosamente a esa tragedia, buscaba en la música un refugio para sanar y recuperar su entusiasmo por la vida.
Sin embargo, la noche que prometía ser especial terminó en una de las mayores tragedias ocurridas en República Dominicana.
Durante el concierto en la discoteca Jet Set, el techo del icónico lugar colapsó, dejando un saldo devastador de más de 200 víctimas mortales, entre ellas Carolina y el propio Rubby Pérez.
Este trágico suceso ha dejado una huella imborrable en la comunidad y en el mundo del entretenimiento.