El gobierno de El Salvador, en cabeza del mediático presidente Nayib Bukele, ha reforzado su postura de mano dura contra el crimen organizado, incluyendo a la banda venezolana conocida como el Tren de Aragua.
Este grupo, que se originó en la cárcel de Tocorón en Venezuela y se ha expandido a varios países de América Latina, ha sido señalado por diversas actividades ilegales.
Recientemente, miembros del Tren de Aragua han sido trasladados al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una megacárcel de máxima seguridad construida específicamente para albergar a pandilleros y criminales de alto perfil.
Las imágenes de los reclusos, esposados y custodiados por un fuerte dispositivo de seguridad, han generado impacto en la opinión pública y han sido interpretadas como un mensaje claro de que no habrá tolerancia hacia estas organizaciones.