Estado de Estados Unidos anunció que se mantendrán las sanciones a las visas colombianas hasta que Colombia reciba el primer vuelo de deportados.
Esta decisión refleja la desconfianza del presidente Donald Trump hacia el presidente Gustavo Petro, como dicen por allí: «más sabe el diablo por viejo que por diablo».
El conflicto surgió cuando Petro se negó a permitir el aterrizaje de dos aviones con ciudadanos colombianos repatriados.
En respuesta, el secretario de Estado interino, Marco Rubio, ordenó la suspensión inmediata de la emisión de visas en la embajada estadounidense en Bogotá, además de autorizar sanciones de viaje dirigidas a funcionarios colombianos y sus familias.
Estas medidas forman parte de la política de «America First«, según la cual Estados Unidos defiende firmemente sus intereses de seguridad nacional.
Las autoridades colombianas expresaron su preocupación por el impacto de estas sanciones en el comercio y la inversión extranjera.
El presidente Petro, por su parte, reiteró que Colombia no se dejará dominar y que buscarán soluciones diplomáticas para evitar una escalada del conflicto.
Mientras tanto, se insta a la comunidad colombiana a prepararse para posibles demoras en la emisión de visas y restricciones de viaje, hasta que se cumpla con las demandas de Estados Unidos.